Continua Ocurrencia
Gildo González & Oscar Ortiz
Hay un texto del curador e investigador Cuauhtémoc Medina, que aunque fue escrito en especial para la presentación del libro “De la mordida al camello” en 2009, pone en claro el terreno de las < ocurrencias artísticas >.
“ […] si uno toma la palabra “ocurrencia” a la letra, lo que se encuentra es una modalidad ágil y repentina del pensamiento de lo particular, una de las formas de operación casuística y aplicación del ingenio que rechazan, claro está, quienes desean el cobijo de las reglas y líneas directrices a la intemperie de lo inmediato.
Si el diccionario consigna por “ocurrencia”, al encuentro, ocasión y suceso casual, ante el que se produce una < idea inesperada > , un pensamiento, dicho o acción aguda y original.
Si “ocurrir” implica acaecer, acontecer, lo mismo que prevenir y acudir, habrá que conceder que se requiere una disposición particular para poder salir al encuentro, de modo repetido y seguro, ante la pertinaz demanda de “lo que ocurre”.
Una vez que uno deja de lado la suposición de que toda actividad cultural debe consistir en el destilado de reglas y verdades duraderas, iconografías y objetos irreversibles, es decir, la producción de identidades; uno debe caer en cuenta que se requiere una facultad especial para ser capaz de resolver un acto simbólico para un momento determinado y el modo en que acompañamos el tino de otro para acudir a lo que no contiene regla previa. Habilidad que tiene mucho que ver con el ingenio que reconocemos en el uso del lenguaje, de la frase justa o el giro inesperado, en la sorpresa por los actos y palabras que acuden al encuentro de lo concreto, en la misteriosa habilidad de provocar en el otro una sonrisa, y el momento creativo del desplazamiento decisivo de una ficha en un juego de mesa. En este contexto, es claro que la “acción artística” aparezca como el ejercicio de una < CONTINUA OCURRENCIA >: la aparición de una suerte de juego estético”.
Gildo González