Micras de Paisaje
José Luis Díaz
10.12.20 – 08.10.21
En esta serie fotográfica se revelan como paisajes las superficies de insectos cotidianos, que son llevados al laboratorio para ofrecernos una nueva mirada microscópica que contrasta con su habitualidad.
Mi planteamiento es generar una metáfora que pone en sintonía la curiosidad del humano y la naturaleza, que forma parte de nuestro día a día y tiende a pasar desapercibida. Su base parte de que no somos simples observadores de la naturaleza, formamos parte de ella, los paisajes internos se proyectan en el afuera y le dan sentido. Incluso en lo más mínimo podemos imaginar el mundo.
Estos paisajes, obtenidos mediante la observación compleja con un microscopio electrónico de barrido, existen en la superficie de pequeños insectos y no podrían ser imaginados sin la ayuda de constantes mejoras tecnológicas que son instrumentalizadas para explicar el mundo. Los procesos científicos que elaboran sentidos y explicaciones para el afuera también están creando un mundo nuevo. Estas mejoras tecnológicas, aunadas a la curiosidad humana, son las que crean los grandes avances de la ciencia, los que nos permiten luchar contra los grandes males que nos acechan y nos llevan a la búsqueda de soluciones.
Extender el concepto de naturaleza es necesario para lograr generar conciencia ambiental, representar lo habitual es vital para apreciar las intrincadas relaciones que con sutileza sostienen el entramado de nuestras vidas. Esto es posible gracias a la curiosidad humana que forma parte de la naturaleza misma. Necesitamos repensarnos como actores de lo natural, sentirnos de nuevo incluidos en su maraña. La única manera en la que los seres humanos romperemos la cadena de destrucción en la que estamos inmersos, es cuando nos demos cuenta de que no solo estamos rodeados de naturaleza, sino que formamos parte de ella.
Estas escenas existen más allá de nuestras lecturas, pero es gracias a ellas que podemos reflexionar y actuar. La curiosidad es el hilo conductor de posibles futuros sustentables.
José Luis Díaz (1974-2020)
Within this photographic series, day to day insects surfaces and faces are revealed as landscape through a new microscopic insight which can help us face the living creatures and their daily existence as something else.
I pretend to elaborate a metaphor that can help me tune in human curiosity and nature itself, an element embedded in our life and which can sadly go unnoticed. We are not simple observers of nature, we are a part of it, the internal landscapes project into the outside and can give meaning to it. Even in the smallest bit possible we can imagine the world.
These landscapes, obtained through the complex eye of a scanning electron microscope, exist in tiny insects and their surface areas and they couldn’t be imagined without the help from constant technological innovations that are used to explain the world. The scientific processes that elaborate meaning and explanations for the outside are also creating a whole new world. These technological advances, enhanced by human curiosity, are what create big scientific break throughs, those what allow us to fight against big evils that lurks among us but also pushes us to find solutions.
It is necessary to expand the concept of nature so we can be environmentally aware; it’s vital to represent the usual aspects of life so we can appreciate the intricate relationships that very subtly shape our daily life, This is possible thanks to human curiosity, a nature feature in itself. We need to represent ourselves as actors of nature, to be within the thick of it. The only way in which we can break the endless cycle of destruction is when we realice we are not only surrounded by nature, we are a part of it.
This scenes exist beyond our lectures, but it is thanks to them that we can reflect and act. Curiosity is the conductive thread of many posible sustainable futures.
José Luis Díaz (1974-2020)