+52 (999) 688 94 79 Calle 54 407B x 41 y 43 Centro Mérida, Yucatán

 

“The Devil’s Hammock” de Randy Shull

 

Por Valentina Chaparro Alvirde

 

Después de traspasar la recepción y la primera sala de exposición, salgo por una puerta de herrería blanca la cual me dirige a la intemperie, los árboles junto con el cielo y sus intensos rayos de sol iluminan todo a su paso, todo se ve con más vida y color, perfecto para capturarlo en una foto y recordar los buenos días que se viven en la Cúpula.

Los mismo rayos marcan el sendero a la siguiente exposición; cerca de un pozo se encuentra la puerta al mundo de Randy Shull. Sin embargo, antes de ingresar observo las paredes que se adornan con dibujos a color negro llamativos y significativos; la estética que se me presenta antes de ingresar a la exposición es bella y suficiente para darme la bienvenida.

Al subir el escalón que separa el aire libre del edificio y posarme dentro del trabajo de Randy, todo cambia, la perspectiva es otra, y puedo escuchar las miradas que se arremolinan a mis costados. En el mundo de Randy lo grande y lo pequeño compaginan con sutileza, y la satisfacción que me trae la diferencia de tamaños, texturas, colores e incluso miradas me incitan a descubrir un poco más.

Sigo avanzado y conforme lo hago me encuentro con una gran variedad de elementos; Diego Rivera, Orozco, entre otros artistas, son tomados por Randy para su propia creación; podría jurar que cada cuadro enmarcado es parecido, pero si me detengo y presto atención a la mirada, entonces una nueva historia se reproduce.

La pieza principal, la nombrada “The Devil’s Hammock”, se presenta con fuerza, emanando poder y elegancia, su color hace que la sala me parezca mucho más iluminada y es que, observarla me ocasiona una gran duda e, irónicamente, me responde todo.

“The Devil’s Hammock” me ha visto, y esto es solo el comienzo.